Muchos hacía más de 30 años que no nos veíamos, desde que entramos en el Colegio Mayor a finales de los 80 y principios de los 90. La mayoría entramos en el curso 91-92, un curso en el que éramos bastantes más los “nuevos» que los “viejos” residentes. La verdad es que todos recordamos lo bien que nos recibieron los que ya llevaban unos años como Juanjo Pazos (Decano ese año), Txiqui, Antonio Ferreño, Jorge Vázquez, Oscar Pisón o Pedro Areal, entre otros.
Todo surgió hace pocos meses de la mano de Miguel Piñón que empezó a moverse y consiguió reunirnos en un grupo de whastapp a muchos de aquella época, los hay que están en Costa Rica como Juan Luis Crespo o en Holanda como Gonzalo Saavedra.
A través del grupo conseguimos poner una fecha para intentar reunirnos y ¡lo conseguimos!, al menos unos cuantos porque otros muchos no pudieron asistir y se les echó mucho de menos.
Fue una xuntanza inolvidable llena de buenos recuerdos y grandes risas. Como escribió después en el grupo Miguel P. «Fue impactante ver acercarse a gente que hacía 30 años que no nos veíamos. Creo que el sentir general fue de comodidad total. Las conversaciones se centraron más en afectos y recuerdos que en balances. Unos recuerdos maravillosos y una tarde espectacular, entrañable y divertidísima. Hay que repetir, con más gente!»
Pedro Areal también resumió la jornada brillantemente: «Este tipo de encuentros supone SUMAR con mayúsculas. Lo que acontece en nuestras vidas en el día a día, en el mes a mes, en el año a año, la conciencia de que el tiempo se va, y a veces no sólo el tiempo, me hace reflexionar sobre lo importante de este tipo de encuentros. En el pasado hemos compartido momentos, vivencias, confidencias, más o menos horas de estudio, más o menos afinidades, más o menos complicidades, con algunos más, con algunos menos, con algunos incluso desavenencias. Cuando, por lo que sea, sale La Estila y lo que La Estila fue en mi pasado, se me dibuja en la cara un gesto de sonrisa. Entonces fuí consciente de lo que viví, y si lo fuí entonces, no os digo nada treinta años después. Me gustó mucho ver, abrazar y reírme con todos los ayer presentes, y me encantaría seguir sumando momentos y personas de entonces a las que echo de menos.»
Después de estos dos testimonios difícilmente se puede añadir más, aunque sí quiero hacer mención especial el sentido recuerdo que tenemos todos a Lucio Pumar que lamentablemente perdió su vida a causa del COVID estando en Brasil.
Publicamos la foto colegial de aquel curso 1991-1992 esperando que en el próximo reencuentro estemos casi todos.