La exhuberante personalidad de Ramón María del Valle Inclán —“cuya sonrisa es la flor de su figura”, en el poema de Rubén Darío— paseó sus barbas por nuestra sala de estar a medida que el historiador Antonio Vázquez Millán, director del Museo Valle Inclán en A Pobra do Caramiñal, revelaba facetas desconocidas, como la de corresponsal de guerra en los frentes de Francia durante la Primera Guerra Mundial. El gran novelista fue alumno poco estudioso en la Facultad de Derecho antes de comenzar una vida de aventuras periodísticas, literarias y culturales como su etapa de director de la Academia Española de Bellas Artes en Roma.

Pablo García Sánchez: «Todos los hombres de Putin»
A un estudiante de tercero de Periodismo que publica su segundo libro hay que prestarle atención. Y más si es




