Ángel Guerra ha tenido la oportunidad de estudiar a más de 60 ejemplares del Architeuthis dux o calamar gigante. Se trata de una especie muy rara de observar por tener una población muy escasa, ya que es muy delicada ante los cambios ambientales, en especial de temperatura; detecta la sobrepesca a grandes profundidades; es sensible a la contaminación marina; y puede considerarse un indicador de la salud de los ecosistemas acuáticos. Son algunas de las reflexiones que hizo Ángel Guerra, investigador del del Instituto de Investigaciones Marinas del CSIC en Vigo, en el encuentro que mantuvo con estudiantes en el Colegio Mayor.
Continuaba afirmando que el calamar gigante «debería ser considerado como panda de las profundidades oceánicas«, en alusión al debate que ha surgido en el seno de la Unión Europea para proteger especialmente los ambientes y ecosistemas como los cañones submarinos, ha recibido ya el apoyo de científicos de Japón o Australia.
Angel Guerra recordó que los calamares gigantes llegan a medir 18 metros de longitud y pesar 250 kilos de peso y que están presentes en mitos y leyendas desde la Odisea de Homero, en los escritos científicos de Plinio el Viejo o en las Veinte mil leguas de viaje submarino de Julio Verne lo convierten en una especie que atrae al gran público y garantiza que todo museo o exposición que incluya un ejemplar sea un éxito asegurado.