El Arzobispo de Santiago, Monseñor Julián Barrio, preside en la Catedral de Santiagola misa funeral por Monseñor Javier Echevarría Obispo Prelado del Opus Dei
Cientos de personas han asistido hoy al funeral por el prelado del Opus Dei, Javier Echevarría, fallecido el pasado lunes en Roma, que ha presidido el Arzobispo de Santiago Monseñor Julián Barrio, acompañado del Vicario del Opus Dei en Galicia, D. Ángel Lasheras, el Vicario de la Diócesis D. Víctor Maroño Pena y el Dean de la Catedral, D. Segundo Pérez, entre otros sacerdotes.
Precisamente este fue el escenario de la última visita de Javier Echevarría a Galicia, el 23 de noviembre de 2010, cuando se acercó a la Catedral de Santiago para cumplir, como un fiel más, con los ritos del Año Santo.
En su homilía Julián Barrio habló de una manera muy cariñosa y cercana de Monseñor Echevarría, del que destacó que se trataba de un hombre de Dios con un gran corazón de Padre. De manera especial afirmó que es necesario dar gracias a Dios por el don de D. Javier Echevarría.
Finalizó su intervención agradeciendo el servicio prestado estos años a la Iglesia por Monseñor Echevarría, encomendándose a su intercesión porque ya se encuentra en la presencia del Señor.
El Papa Francisco, que había recibido en audiencia recientemente a monseñor Echevarría, en el momento de conocer su fallecimiento se apresuró a mostrar sus condolencias, telefoneando al vicario general del Opus Dei, Fernando Ocáriz, y enviando un telegrama en que afirma que Echevarría «entregó su vida en un constante servicio de amor a la Iglesia y a las almas» y subrayando el hecho de que falleciera el día de la Virgen de Guadalupe.
Javier Echevarría, nacido en Madrid en 1932 y segundo sucesor de Josemaría Escrivá en el gobierno del Opus Dei, al suceder en 1994 al beato Álvaro del Portillo.
En 1994, tras el fallecimiento del beato Álvaro, Echevarría fue elegido prelado del Opus Dei y, el 6 de enero de 1995, recibió de manos de Juan Pablo II la ordenación episcopal.
Desde el principio de su ministerio como prelado tuvo como prioridades la evangelización en los campos de la familia, la juventud y la cultura.